La nariz está soportada por un tabique nasal que se compone de cartílago y hueso. También separa las fosas nasales y forma una pared entre ellas. No es común encontrar un tabique nasal perfectamente recto y en la mayoría de las personas pueden estar ligeramente desviado, torcido o roto.
Las ligeras imperfecciones en el tabique nasal generalmente no causan problemas, pero para algunas personas, un tabique desviado puede causar problemas de respiración, ronquido, apnea del sueño, y una nariz torcida estéticamente. Un tabique desviado puede ser una condición que comienza desde el nacimiento (defecto congénito), pero está más a menudo asociado con el crecimiento normal durante la pubertad. A veces, el tabique nasal puede ser fracturado, causando una desviación o una nariz torcida. La reconstrucción quirúrgica de un tabique nasal desviado se llama septoplastia o reconstrucción del tabique. Dado que esta condición se asocia a menudo con otras condiciones, la septoplastia se puede realizar con otros procedimientos para tratar problemas respiratorios, apnea del sueño , sinusitis crónica o pólipos nasales. El cirujano puede usar un instrumento con luz llamado endoscopio, que es lo suficientemente delgado como para pasar a través de las fosas nasales y permitir al cirujano ver el tabique. Se hace una incisión a través de los tejidos blandos y se procede a enderezar o recortar el cartílago del tabique desviado bajo anestesia local o general. Después de la reconstrucción, la nariz se tapona con gasa para evitar el sangrado. Le puede dar sueño a causa de la anestesia, que desaparecerá en unas pocas horas. Si el procedimiento se realiza de forma ambulatoria, se le puede permitir ir a casa el mismo día cuando se haya recuperado de los efectos de la anestesia. Sin embargo, es posible que necesite que un compañero lo lleve a casa. También tendrá que respirar por la boca hasta que el cirujano quite el paquete nasal después de unos días. Aparte del dolor, sangrado y los hematomas, puede experimentar entumecimiento, secreción nasal, fiebre o infección después de la cirugía. El médico puede prescribir antibióticos para la infección y analgésicos para sus otros síntomas. La infección puede resultar en la formación de un absceso nasal, pero las complicaciones más graves incluyen la septicemia (infección generalizada), endocarditis (compromiso del corazón) o meningitis (en el cerebro). Llame a su médico si experimenta sangrado excesivo, fiebre o dificultad para respirar. Otras complicaciones comunes incluyen la perforación septal, la dislocación del tabique, y la deformidad nasal. Esto puede llevar a problemas en las vías respiratorias y deformidades visibles de la nariz. Las complicaciones menos comunes incluyen la pérdida del olfato y la ceguera. Se pueden hacer procedimientos adicionales para corregir algunas de estas complicaciones y mejorar el resultado. ¿Qué es septoplastia?