Conseguir sueño después de comer es una experiencia común, y puede o no quiere decir que algo está mal con usted. Somnolencia después de comer una comida a menudo se produce después del almuerzo, por lo que a menudo se llama el “chapuzón después del almuerzo o la siesta”. Sin embargo, también puede ocurrir en la noche, y por eso a veces las personas toman leche y galletas antes de acostarse para ayudarse a dormir mejor.
Hay varias razones posibles por las que un 15-20% de la población puede sentirse con sueño después de comer, sobre todo en el medio del día. En primer lugar, el reloj biológico del cuerpo envía naturalmente señales al cerebro dos veces en un período de 24 horas, aproximadamente a las 2 am y las 2 pm que hace a uno sentir que el cuerpo necesita descansar. Después de todo, si uno se ha levantado temprano y ha trabajado o ejercitado durante varias horas, el cuerpo, naturalmente, anhelan un descanso. Después de comer una comida pesada, el cuerpo desvía naturalmente más sangre a circular en el abdomen para ayudar a su función digestiva, mientras que la voluntad cerebro recibe relativamente menos sangre. Esto contribuye a una lentitud temporal, que es percibido por algunos como el cansancio o la somnolencia. Lo que usted come también puede afectar la forma en que se siente después de comer. Comer una gran cantidad de hidratos de carbono o alimentos que sean ricos en triptófano (un aminoácido), tales como lácteos, frutos secos y pavo, provoca somnolencia debido a que estas sustancias provocan un aumento de la producción de melatonina en el cerebro. La melatonina es una hormona natural que regula el sueño. Aunque es natural que a la gente le entre sueño después de comer, otros factores pueden afectar el nivel de cansancio que se experimenta durante el día. Por ejemplo, la falta de sueño, los turnos de noche de trabajo, y la apnea del sueño puede hacer que uno inusualmente cansado durante el día. La somnolencia diurna excesiva puede causar menos productivos en el trabajo y puede llevar a otras condiciones tales como accidente cerebrovascular o enfermedad cardíaca. Comer muy poco puede hacer que uno se canse fácilmente de una falta de combustible del cerebro. Por otro lado, comer demasiado también puede desencadenar la somnolencia mediante el aumento de los niveles de insulina, lo que mejora la producción de triptófano en el cerebro. Las personas que tienen diabetes tipo 2 no son capaces de absorber el azúcar que consumen, por lo que tienen niveles de azúcar en la sangre, pero no lo suficiente energía para el cuerpo a utilizar. Las personas que consumen demasiada cafeína en forma de café, refrescos o bebidas energéticas suelen experimentar un aumento temporal de la energía, pero pueden sufrir de somnolencia durante el día o de fatiga después de que el efecto desaparece. Por último, una alergia alimentaria leve puede hacer que uno se sienta con sueño después de comer. Para determinar qué tipo de alimentos puede aumentar el cansancio o somnolencia después de las comidas, se puede tratar de analizar y eliminar alimentos de la dieta.